martes, 5 de octubre de 2010

Sonetos Corporales


Por allí hondo, una humedad ardiente; 
blando, un calor oscuro el que allí hervía; 
sofocado anhelar el que se hundía, 
doblándose y muriendo largamente.

Labios en labios que no ataca diente
lengua en garganta que se corta, umbría; 
áspero alrededor, fiera porfía 
por morder lo imposible de la fuente.

Fiera porfía, ya que ni a la hembra más hembra ni al varón más 
varón dieron otra cumbre que ser sembrado y siembra, 

pues lo demás, ¡Oh cuerpos desvelados! 
son fulgores que al alba se perdieron 
en un súbito arder, desesperados. 

Rafael Alberti

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