Maldito color el rojo,
maldito sea el color,
en el que ardió mi pasión
dejándome en mil antojos.
Pobre azul que se permite,
quitarle al rojo su venda
- maldita esta vil contienda -
que el color rojo prohíbe.
No cortes, frialdad, las alas
de este rojo, que ya a espada,
no quiere morir y vive.
Es roja y por siempre alienta
la pasión que me alimenta
y la sangre de quien escribe.
L